Hemos ido, hemos venido, nos vamos, regresamos, subimos, bajamos, incluso estuvimos muertos algún tiempo, -para mi gusto fue una especie de coma- escuchamos todo lo que sucedía a nuestro alrededor y sin reacción alguna ahí estábamos, hemos estado todo el tiempo, silentes, entendiendo, invirtiendo en nuestra propia evolución, a veces un poco a los golpes y a las duras, sin duda hemos sido artífices incansables de cambio, nos reinventamos constantemente porque esa es la ruta que según mi criterio debe persistir, somos al final deconstructores de paradigmas y desfragmentadores de creencias, quien pasa por nuestras letras, por nuestras imágenes, por nuestro espacio debe estar listo para lo que sea! Sí, lo que sea, es, flexibilidad para transformar cada idea en realidad, es el instante antes que apagas la luz y te pilla el insomnio a las 2:27 y aunque quieras dormir la respuesta es coger papel y lápiz y denunciar en tu mente un cambio de estado, un inicio revolucionario, una puesta en marcha hacia nuevos objetivos, sí, así lo hago de vez en vez, me quedo largas horas por la noche esperando la inspiración se vuelva mi compañera, hablo solo y conmigo mismo por supuesto, hay noches en vano donde cambiar al mundo ha sido imposible, hay noches intelectuales, claro que las hay, hay procesos largos, otros cortos, hay nuevos desafíos, nuevas aventuras, nuevos retos, hay cambio, hay!
Carlos Carrera