La propuesta no es volvernos Adanes ni Evas y andar con hojas de parra cubriendo nuestra intimidad, libres por todo el mundo, es más, nuestra vida de concreto, la moral, el pudor y la culpa ya no lo permiten, incluso creo, nos castigarían, salvo en algunos sitios del fin del mundo donde a placer nos podemos quitar la ropa y ser “orgánicos”.
La propuesta no es ir en contra de los avances químicos, la vida artificial y la tecnología alimentaria; -hago una pausa acá- y me refiero a ella porque parece que cuando hablamos de orgánica/o lo primero que viene a nuestra mente es la comida (frutas y verduras) a base de fertilizantes naturales, y otros elementos no químicos. Tampoco se trata de eso.
La idea orgánica surge simplemente porque es en suma la aptitud de vivir, la disposición de estar vivos y vivir. Nuestra idea orgánica es poder tener esa armonía y consonancia con nuestro medio, no es únicamente el tipo de alimentos que comemos o su origen, es, entrar en contacto con toda la esencia viva que existe en nuestro planeta, sí, las frutas, la verdura, pero también sí al desarrollo de formas nuevas y mejores para vivir, también sí a disfrutar el lento paso del tiempo y darnos el tiempo natural que nuestra vida requiere para seguir… aprendiendo.
Buen provecho!
Carlos Carrera