Amanecer(vivir) sin imaginación sería la peor forma de empezar a morir, sí, de esas que te van aniquilando lentamente de adentro hacia afuera, de cuando se pierde la intención cotidiana de ir más allá de lo que nuestros sentidos pueden percibir, no importa cuál sea la motivación uno no debería de permitirse no crear fantasías en la mente, de producir imágenes nuevas, de inventar historias fantásticas, de detenerse unos instantes y verse inmersos en un mundo extraordinario, de viajes interminables, de mundos fabulosos, de seres mitológicos o mágicos, de hadas, duendes, de faunos, de híbridos o que se yo cuanto parezca imposible o de cohabitar con el absurdo, al fin y al cabo, ¿qué es real? O tal vez la mejor pregunta es ¿dónde está el límite?
La fantasía permite llevar la imaginación al grado más alto y sensible de las ideas, de transformar la realidad, tal vez habría que re-pensar en la fantasía como una herramienta más que nos coloque de forma paralela en mundos mejores, en sitios supremos, donde imaginar cuenta, donde la inventiva se come a diario y es menester para el desarrollo, y donde no anulemos la creatividad y al contrario celebremos la capacidad de nuestra mente de volar sin necesidad de aditivos ni combustibles extras.
Carlos Carrera